jueves, 25 de noviembre de 2010

Hoy, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer

Hace 50 años, las hermanas Mirabal fueron asesinadas por la Policía secreta del dictador Rafael Trujillo en República Dominicana. En Argentina, habrá diferentes actividades y conmemoraciones. 


El 25 de noviembre de 1960 las hermanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal Reyes fueron secuestradas en Santo Domingo por la Policía secreta del dictador Rafael Trujillo en República Dominicana. Fueron torturadas, violadas y asesinadas por su lucha contra ese régimen. En 1981, en el Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe realizado en Bogotá, Colombia, se declaró, en homenaje a estas activistas políticas, el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Luego, fue aprobado por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 17 de diciembre de 1999, tras la presentación hecha por República Dominicana, con el apoyo de 60 países. A 50 años de este terrible hecho, en Argentina se organizan diferentes actos y conmemoraciones.
El Consejo Nacional de las Mujeres (CNM) hará hoy un acto en el Salón Auditorio del Banco Nación (Av. Rivadavia 325) a partir de las 10 horas. La jornada comenzará con la proyección del video institucional “Más de 25 acciones para vivir sin violencia. Entre todas y todos, otra vida es posible”, realizado por el CNM, según información de la agencia Télam. Luego, habrá una mesa de debate con la participación de la secretaria Ejecutiva del Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales, Matilde Morales, la presidenta del Consejo Nacional de las Mujeres, Lidia Mondelo, y la subsecretaria de Unidad de Coordinación Nacional para la Prevención, Asistencia y Erradicación de la Violencia contra las Mujeres, Mariana Gras Buscetto. Al cierre de la jornada, se presentará la Campaña de Difusión de la Ley Nº 26.485 “Otra vida es posible. Tenemos derecho a una vida sin violencia”, a cargo del realizador audiovisual Bruno Stagnaro, que fue producida conjuntamente el Ministerio de Salud de la Nación, la Secretaría de Derechos Humanos y la Fundación Alicia Moreau de Justo.
Además, diferentes organizaciones políticas, sociales y feministas convocan hoy a manifestarse en las principales ciudades del país para repudiar las agresiones contras las mujeres, reclamar una legislación que agrave las penas para el delito de trata de personas y despenalice el aborto. Así, La Casa del Encuentro, el Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer (CLADEM) y otras organizaciones harán hoy a una sentada frente al Congreso de la Nación en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. La concentración comenzará a partir de las 16.30 horas y habrá intervenciones urbanas, música y radio abierta. El próximo martes, por primera vez en el ámbito parlamentario, la Comisión de Legislación Penal de la Cámara de Diputados realizará una audiencia pública para debatir la despenalización del aborto.
Hoy comenzará, además, la Campaña Mundial 16 Días de Activismo contra la Violencia de Género, la cual se extenderá hasta el Día Internacional de los Derechos Humanos (10 de diciembre), con el objetivo de enfatizar que la violencia contra las mujeres es una violación de los derechos humanos.
En coincidencia con la fecha, el Programa Provincial de Atención a Mujeres Víctimas de Violencia del gobierno bonaerense informó la recepción de 11.600 llamadas de mujeres en situación de riesgo desde octubre de 2009, en más de la mitad de los casos por sus parejas, según información de la agencia DyN. La línea gratuita habilitada por la provincia para realizar denuncias y brindar asesoramiento a las víctimas es 0800-555-0137.
En tanto, la Asociación de Mujeres Meretrices de la Argentina (AMMAR) instó a las mujeres a aprovechar la fecha para reflexionar y denunciar “las diferentes formas de violencia” que sufren como “resultado de las relaciones de poder históricamente desiguales” ante los hombres, según DyN. “Entendemos la violencia no sólo como el maltrato físico, sino también como todo tipo de subordinación que impida el pleno desarrollo de nuestras capacidades y el pleno dominio de nuestra libertad; la imposibilidad de decidir sobre nuestra vida, de compartir tareas, de tener tiempo libre, de trabajar”, expresó AMMAR en un comunicado.
Ochenta y nueve mujeres fueron asesinadas por sus esposos o ex parejas entre enero y setiembre últimos, según un monitoreo realizado por el portal Artemisa sobre la base de la información publicada a nivel nacional.
Un estudio coordinado por la Fundación para Estudio e Investigación de la Mujer (FEIM) demostró que la violencia contra las mujeres aumenta su vulnerabilidad al VIH, ya que el 78% de las mujeres viviendo con esta enfermedad fue víctima de violencia. Por esto, “ambos problemas deben ser atendidos conjuntamente”, dicen desde la organización.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Policía Local de Cartagena estrena una nueva sección judicial contra la violencia de género

La Policía Local de Cartagena cuenta desde este lunes con una nueva Sección Judicial contra la violencia de género, compuesta por un total de 17 agentes que se encargarán de garantizar la protección de las víctimas de violencia doméstica en el ámbito familiar.
   En virtud de esta iniciativa, se coordinarán las actuaciones que se llevan a cabo desde las Concejalías de Seguridad Ciudadana, Mujer y Atención Social del Ayuntamiento de Cartagena, con el objeto de garantizar la protección de las víctimas de la violencia de género durante las 24 horas del día y en todo el proceso.
   La alcaldesa, Pilar Barreiro, ha sido la encargada de presentar esta nueva sección, una herramienta dotada de más personal y más medios, que a su vez redundará en mayor rapidez y eficacia en las intervenciones para acabar con esta lacra social.
   El equipo lo componen 17 personas: un sargento, un cabo, diez agentes, una pareja de agentes para vigilar el absentismo escolar y tres agentes más de refuerzo, según fuentes del Consistorio.
   En cuanto a las labores de esta nueva sección, se encargarán de las primeras diligencias en el ámbito judicial, informar de los servicios que ofrecen las Concejalías de Mujer y Atención Social y de vigilar las órdenes de protección del juzgado, entre otras cuestiones, en colaboración con Policía Nacional y Guardia Civil.
   Para Barreiro, lo más novedoso e importante de esta actuación es que "se hará un seguimiento coordinado de los casos de violencia doméstica de principio a fin, desde la prevención, atendiendo a todas las victimas, tanto mujeres como menores, que se ven afectados en el ámbito familiar por este tipo de violencia y sus consecuencias".
   De enero a octubre de este año se han dictado 104 órdenes de protección, 102 sentencias condenatorias por malos tratos, formulado 206 denuncias y han sido atendidas 180 mujeres por primera vez en el CAVI (Centro de Atención a víctimas de violencia).
   En cuanto al número de mujeres que han recibido atención a nivel social, no policial ni jurídico, se eleva a 43; las atenciones psicológicas individuales a 460 y las atenciones jurídicas a 257.

jueves, 18 de noviembre de 2010

El error de llamarlo "crimen pasional"

Los crímenes conyugales o de pareja (mal llamados "pasionales") son generalmente el resultado de relaciones de violencia que culminan con la muerte. Por eso muchas veces se define estos crímenes como "violencia de género llevada al extremo". Se usa el terminó "femicidio" para hacer visible que se trata de un tipo particular de crímenes, es decir que son crímenes sexuales y de género.

Lo que importa, más allá de las las circunstancias y los contextos de los femicidios,

es que son muertes que podrían haberse evitado.

En los homicidios conyugales el crimen suele ser el resultado de un crescendo de violencia fuera de control, en los que se pone en juego la dominación, el sentido de propiedad o control de los varones sobre las mujeres.

Justamente, como pasó en el crimen de Mirta Schossler, ocurren cuando la mujer pone límites, porque no puede seguir soportando el abuso y el maltrato, y toma decisiones como por ejemplo separarse.

Es todavía frecuente escuchar que se trata de crímenes pasionales, concepto totalmente ideológico en tanto la pasión aparece como un elemento que justifica un rapto emocional, supuestamente amoroso e incontrolable, ante una decepción, una provocacion inaceptable e insoportable.

De ese modo se oculta que lo inaceptable ha sido el que una mujer haya intentado o logrado escapar al control de su pareja o intente recuperar su autonomía y libertad.

El concepto de crimen pasional no es un concepto inocente: perpetua la idea de que el criminal está poseído por fuerzas exteriores, inmanejables por él mismo, el amor o la pasión, y que ha cometido un acto que él no controla, que lo sobrepasa. Esto lleva a que se produzca una cierta simpatía por el homicida. Incluso rodea al crimen de una cierta aureola romántica. Nada más alejado de la realidad. Los números indican que, por ejemplo en la Provincia de Buenos Aires, un 68% de los femicidios fueron cometidos por la pareja y que el 98,3% de esos homicidas son varones.

Silvia Chejter
Sociologa.
Direc. del Centro de Encuentros cultura y mujer.

Los asesinatos de María Marta García Belsunce, Nora Dalmasso, Rosana Galliano y Andrea Pajón

Un libro echa luz sobre la violencia de género en el país
“Mía o de la tumba fría” recorre cuatro asesinatos emblemáticos que siguen impunes, donde los maridos son los principales y eternos sospechosos.


Los autores eligieron los casos de las muertes de María Marta García Belsunce, Nora Dalmasso, Rosana Galliano y Andrea Pajón.

Neuquén  Los asesinatos de María Marta García Belsunce, Nora Dalmasso, Rosana Galliano y Andrea Pajón, que en su momento despertaron la curiosidad de la sociedad argentina, tienen un punto de contacto: en todos estos casos los maridos son los principales sospechosos. Las similitudes también incluyen divorcios contradictorios, amenazas y denuncias cruzadas de violencia doméstica y familias enfrentadas. Pero la analogía principal es que estos cuatro casos no están aún resueltos y continúan impunes. Esta situación es lo que cautiva e intriga. Más allá de los indicios, más allá de la sospecha social, para la Justicia esto no alcanza para condenar a Carlos Carrascosa, Marcelo Macarrón, José Arce y Claudio Sartal.
Mientras la mirada social sigue tejiendo hipótesis, los periodistas Liliana Caruso, Florencia Etchevés y Mauro Szeta, con reconocida trayectoria en el ámbito policial, decidieron descifrar las muertes de las mujeres mencionadas en el libro “Mía o de la tumba fría”, publicado recientemente por Longseller.
Se trata de cuatro casos emblemáticos que aún permanecen impunes: María Marta muerta a balazos en su casa del country de Pilar y la simulación de un accidente; Rosana, acribillada a tiros, y un llamado de su esposo; Nora, estrangulada y un patrón genético que dice Macarrón; y Andrea baleada en el oído en la calle, y hasta sus hijos acusando al papá.
“Escribimos este libro porque las preguntas que nos hacen todos en la calle es: ¿Quién mató a Norita? ¿Lo del country de Pilar fue el marido, no? ¿El viudo Arce va a zafar?”, explicaron los periodistas en diálogo con La Mañana de Neuquén horas antes de la presentación de “Mía o de la tumba fría”, en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires.
“Con este libro estamos tratando de acercar una respuesta a estas inquietudes pero con elementos técnicos, en base a los expedientes y a entrevistas con familiares, vecinos y amigos de las víctimas y de los involucrados, y no sólo con expresiones de deseo”, agregó Szeta, quien actualmente es columnista en los noticieros de Canal 13 y en la señal de cable Todo Noticias.
La hipótesis de que los maridos son los principales sospechosos es el eje de este libro, acordaron los autores pero también eligieron estos cuatro casos porque parecen calcados. “En todos hay mujeres asesinadas y maridos bajo sospecha, y en todos se posterga la resolución, lo que hace alimentar las hipótesis de la gente que Carrascosa mató a María Marta, que Macarrón mató a Norita, que el viudo Arce mandó a matar a su mujer y que Sartal hizo lo mismo con Andrea, pero esto nada tiene que ver con las investigaciones, esas son las verdades deseadas por gran parte de la sociedad”, explicó Etchevés.
“Para la Justicia son inocentes aunque socialmente están condenados”, acotó Szeta, quien además abrió más el planteo: “Que sean los asesinos y que no se les haya podido comprobar, que no sean y que se haya instalado que son los asesinos y eternamente lo serán”.




El problema parece ser la falta de resolución de estos casos.
Szeta: Consideramos que despertaron mayor interés porque no fueron resueltos desde un principio y también porque aparecen familiares y amigas de las víctimas que instalan la idea de que hay que investigar a los maridos.
Etchevés: Se da también que tanto María Marta García Belsunce como Nora Dalmasso pertenecían a una clase alta acomodada, lo que genera aún más la fantasía de que puede haber plata de por medio.

Juega también el preconcepto social que se arma sobre los sospechosos.
Szeta: Se decía que Carrascosa estaba callado durante el juicio porque mató a su mujer. Pero tengamos en cuenta que Arce hizo todo lo contrario, habló hasta por los codos, lo que demuestra que no existe un perfil del marido sospechado.
Etchevés: Arce y Carrascosa son antagónicos, sin embargo de ambos se sospecha. Cada persona construye al asesino ideal.

¿Estos maridos sospechosos adquirieron cierta impunidad?
Szeta: Impunidad relativa porque si son inocentes no son impunes. Existe un preconcepto de que son los asesinos, yo tengo dudas y las voy a tener siempre. A pesar de que resulte antipático planteamos en el libro por qué no creerles la inocencia. “Todos ellos tienen en claro que serán los sospechosos eternos del crimen de sus esposas.”
Etchevés: Arce, siendo el sospechoso de la gente, nos dijo en una entrevista “Ojo que yo no soy Carrascosa”. Es decir que Arce también sospecha de Carrascosa. 
Caruso: Así como dijo eso, también expresó “Ahora lo entiendo a Claudio Sartal, le pasa lo mismo que a mí”. Es increíble, Arce se mete en los otros crímenes. 

La aparición de las familias de las víctimas y de los sospechosos le agregó un plus a estos casos como si se tratara de capítulos de una telenovela.
Etchevés: Lo que está en el medio como móvil es el dinero. Las familias involucradas colaboraron a la fantasía popular.
Szeta: Dinero y sexo, diría yo.
Caruso: Pero además de sexo también relaciones matrimoniales conflictivas porque tanto Andrea Pajón como Rosana Galliano tenían otra pareja y además habían denunciado a sus maridos o se querían separar.
Etchevés: Luego del entierro de Nora Dalmasso cuando la familia regresa a la casa de Villa Golf, los periodistas que estábamos cubriendo el caso pudimos observar cómo su marido Marcelo Macarrón estaba eligiendo de un catálogo los colores con qué iba a empapelar las habitaciones de sus hijos. Un detalle que suma a la fantasía popular. Después de enterrar a su mujer, Carrascosa se fue de viaje y su hermano protestaba porque no lo dejaban ir a Punta del Este.
Szeta: Y Arce ni bien es asesinada Rosana invitaba a los periodistas a pasear por la escena del crimen y mostraba la sangre y también cómo criaba pollos.

Al no pesar sobre ellos una condena firme, ¿podríamos definirlos como asesinos perfectos?
Szeta: Son asesinos perfectos si fueron los que mandaron a matar a sus mujeres o si son ellos los asesinos. También podríamos pensar que estamos en presencia de investigaciones imperfectas o de inocentes condenados socialmente.
Etchevés: Perfectos por planificación o por azar. Todo les jugó a favor. En la muerte de María Marta a Carrascosa le jugó a favor que el fiscal le creyó y no se llevó el cadáver. Si ese mismo día se hubieran llevado el cadáver para una autopsia la cosa podía haber cambiado. El caso de Rosana suena a cosa más planificada según la acusación.





"MÌA O DE LA TUMBA FRÌA"

Por qué cada vez que una mujer aparece asesinada -y el caso no se resuelve rápidamente- la principal sospecha que surge entre la gente es que el asesino fue el marido? ¿Por qué esa costumbre de revolver en su vida privada, inventarle amantes, dudar de su sexualidad? ¿Por qué conmocionan tanto los feminicidios? Se los suele llamar crímenes pasionales, una manera de disfrazar una tragedia vinculándola al amor y a la pasión. Pero los crímenes pasionales no existen, lo que sí existen son los crímenes de poder. Según Amnistía Internacional, en los diez primeros meses del 2008 murieron 110 mujeres a manos de su pareja o ex pareja en el país.

Mía o de la tumba fría, el libro de los periodistas Mauro Szeta, Liliana Caruso y Florencia Etchevés que se presentó ayer en la Feria del Libro, echa luz sobre la violencia de género y recorre cuatro casos emblemáticos que aún permanecen impunes: el de María Marta García Belsunce, Nora Dalmasso, Rosana Galliano y Andrea Pajón. María Marta muerta a balazos en su casa del country y la simulación de un accidente; Rosana, acribillada a tiros, y un llamado de su esposo; Norita, estrangulada y un patrón genético que dice Macarrón; y Andrea baleada en el oído en la calle, y hasta sus hijos acusando al papá.

"Elegimos estos casos -cuenta Etchevés- porque parecen calcados. En todos hay mujeres asesinadas y maridos bajo sospecha. En todos se demora la resolución, lo que alimenta las hipótesis de la gente. Quisimos desentrañar este fenómeno social que hace que los maridos sean sospechosos eternos".

Y a modo de ejemplo cuenta que cuando le hicieron la entrevista a José Arce, él mismo dice que para la gente siempre va a ser el asesino de Rosana. Y el viudo de Pajón, Claudio Sartal dice: "La condena social es más jodida que la policial".

Los cuatro casos despertaron la curiosidad de la sociedad. Para mucha gente, las muertes de María Marta y Nora fueron como espiar por la cerradura cómo viven los ricos. En los casos de Rosana y Andrea, asomarse a matrimonios conflictivos y desparejos.

"A Nora se le adjudicaron muchísimos amantes -dice Caruso- y finalmente sólo apareció un amante. A María Marta se le buscó un costado lésbico, a Rosana una historia con un jardinero y a Andrea, otra pareja. Nosotros buscamos mostrarlas como eran. Por ejemplo, María Marta pocas horas antes de morir pidió turno en la peluquería para hacerse la tintura. Norita se estaba haciendo un tratamiento para la celulitis".

Con relatos novelados y atrapantes, el libro recorre la vida de estas mujeres a partir de los testimonios que figuran en los expedientes, con entrevistas a familiares y, en algunos casos, incluso a los viudos Sartal y Arce, antes de que fuera detenido.

En el caso de María Marta hay una descripción minuciosa y cronológica de cómo fue su último día. También aparecen las escuchas telefónicas. Y el backstage del velorio, donde familiares y amigos sospechaban y especulaban.

Marcelo Eduardo Macarrón, cuenta en su declaración, cómo fue la última noche de sexo con su mujer, Nora Dalmasso. La define como un encuentro de amor adolescente. Y hay detalles, muchos detalles, por ejemplo que Nora no quería vivir en el country.

Poco después de la muerte de Andrea Pajón, su madre encontró un papel que ella había escrito y guardaba en su Biblia. Eran sus deseos. "Felicidad, amor con mis hijos (...). Salud y que mi ex esposo me dé todo lo que me pertenece, que la justicia de los hombres me devuelva lo mío y la de Dios dictamine pronto". Para la gente, concluye el libro, hasta tanto no haya condena, los maridos son los eternos sospechosos.





Las dos muertes de María Marta



Quizás, en la literatura abunde como elemento narrativo, pero en la realidad sufrir la muerte en dos formas diferentes es por definición imposible. Los dos oscuros finales de María Marta García Belsunce parecen desmentir tal certeza. La mujer, vicepresidenta de Missing Children, integrante de la asociación Amigos de Pilar y hermana del periodista Horacio García Belsunce (h.), murió dos veces, o mejor dicho, sufrió una muerte pero en dos versiones diferentes. Según la primera versión familiar, el 27 de octubre pasado murió al resbalarse en la bañera en su casa, en un lujoso country de Pilar. Un médico convocado por la familia aseguró haber comprobado que “no fue muerte accidental” y se retiró sin firmar el certificado de defunción. Un segundo profesional acreditó el accidente pero tampoco firmó. Un tercero, de la funeraria, finalmente confirmó su muerte por “paro cardiorrespiratorio no traumático”. De ese modo fue extendido el certificado de defunción y de ese modo fue sepultada en la Recoleta. Pero, un mes después, María Marta García Belsunce  Pico, quien ordenó exhumar el cadáver para comprobar que la mujer había murió en su segunda versión, la del fiscal de Pilar Diego Molina recibido cinco balazos en la cabeza. Ahora, siguen la hipótesis de un crimen pasional.
La tarde del domingo 27 de octubre comenzó agobiante, con amenazas de tormenta y bordeando los 25 grados. Esa tarde, a las cuatro, los eternos rivales River y Boca, e Independiente que jugaba contra Rosario Central, jugaban sus chances por el título. En el Country Club Carmel, en Panamericana y Champagnat, en Pilar, el matrimonio María García Belsunce y Carlos Carrascosa –una de las 62 familias habitantes del Carmel– se disponía a seguir las incidencias del clásico futbolero en la casa de un amigo, en el mismo country, a no más de 300 metros de su propia vivienda, té mediante.
A las siete de la tarde, María Marta tenía su sesión de kinesiología a domicilio, por lo que cincuenta minutos antes abandonó la reunión y cruzó en su bicicleta las tres cuadras. Entró en su casa y posiblemente decidió darse un baño antes de que la kinesióloga golpeara la puerta. A las 19.00, después de insistir con el timbre, la profesional llamó extrañada a un guardia del Carmel. Cinco minutos después, apareció Carrascosa, envió de vuelta al guardia y entró en su casa para encontrar a su esposa caída en la bañera, bañada en sangre. A partir de ese momento, la muerte de María Marta García Belsunce se bifurca entre las sombras.
Dos médicos llegaron convocados por la familia o el mismo servicio de seguridad del country. El primero en llegar pertenecía a la empresa Paramedic. El segundo, a Emernor. Entre los dos hubo diferencias de criterio. Mientras el médico de Emernor consideró que se trataba de un accidente y habilitó a que se limpiaran las manchas de sangre, el de Paramedic estaba convencido de que había ocurrido algo más que eso. Según confió a Página/12 uno de los hermanos de la víctima, el periodista Horacio García Belsunce (h.), este médico declaró ahora ante la Justicia que “descubrió tres orificios detrás de la oreja, tan grandes que podía introducir su dedo índice, y aseguró que comunicó sus sospechas a la familia y al otro profesional”. Pero el círculo familiar asegura no haber escuchado comentario alguno de parte del médico, y lo mismo sostuvo el otro profesional. Además, nadie hizo una denuncia. A la familia no parece haberle sorprendido que ninguno de los dos médicos aceptara firmar certificado alguno. Según H.G.B. “dijeron que de eso se encargaba la funeraria”.
El recorrido del cuerpo de la víctima siguió siendo por demás curioso. “La versión de la familia –recordaron en el Diario de Pilar que siguió el caso– ese día fue que había un viento muy fuerte, que abrió una ventana y golpeó a la mujer en la cabeza, que resbaló y se golpeó en la bañera.” Con esa versión, fue enviada a la Capital, para ser sepultada en la Recoleta. La cochería Sierra fue la encargada del trámite y un médico convocado por esa empresa, según H.G.B., fue quien extendió en definitiva el certificadode defunción. Las curiosidades siguen porque el documento simplemente señala como causal de muerte un “paro cardiorrespiratorio no traumático”. “Todavía no puedo creer cómo me comí esa galletita de la muerte accidental –reveló H.G.B.–. Estábamos estupidizados.”
Con la versión de la ventana y el paro no traumático, María Marta García Belsunce, de 50 años, fue sepultada en La Recoleta. “Mi hermano menor, Juan –aseguró H.G.B.– fue el que dudó desde el primer momento.” Al día siguiente se conectaron con Juan Martín Romero Victorica. “Horacio, con esto no se jode”, cuentan que les dijo el fiscal, quien a su vez los conectó con el jefe de la DDI de San Isidro, Aníbal De Gastaldi. Así llegaron hasta el fiscal de Pilar, Diego Molina Pico. Cuando el fiscal comenzó a tomar declaración a los médicos, descubrió que uno de ellos sospechaba de una muerte no accidental. Y solicitó la exhumación del cuerpo. El juez Juan Makintach, que recibió el pedido, se excusó “por una larga amistad con García Belsunce”. Tomó el caso Diego Barroetaveña. Y el lunes 2 de diciembre se realizó la autopsia, los forenses determinaron que la mujer, más que golpearse con un grifo chocó contra cinco balas calibre 32 largo, más una sexta que pasó rozando y que aún no fue hallada, ni siquiera el lugar en que impactó.
“Resulta imposible que a un médico se le pasen por alto cinco impactos de bala en la cabeza –aseguró el reconocido perito médico Hugo Nandín–. Hay mucha pérdida de sangre y de masa encefálica. Si no firmaron el certificado es porque algo raro vieron.”
H.G.B. asegura que no se descarta ninguna hipótesis. Pero el crimen pasional es la hipótesis que pesa más entre los investigadores para explicar la doble muerte de M.M.G.B. Más allá de ventanas y grifos asesinos.

Cronología del caso María Marta García Belsunce

María Marta García Belsunce murió en octubre, en un elegante country de Pilar, supuestamente por un accidente en la bañera. La vieron tres médicos y fue enterrada en la Recoleta. Ahora el fiscal ordenó exhumar el cadáver, que tenía cinco balazos en la cabeza.


Un asesinato cometido en un country, el enfrentamiento entre la familia de la víctima y los investigadores, y un sinfín de controversias en torno al caso, fueron algunos de los hechos salientes de la investigación por el crimen de María Marta García Belsunce, que recién parece llegar a su fin con la condena a prisión perpetua a su marido, Carlos Carrascosa.

Estos fueron los principales hechos durante el tiempo que duró la instrucción del crimen:

27/10/02: María Marta es hallada muerta por su esposo Carlos Carrascosa, en su chalet del Carmel Country Club de Pilar.

2/12/02: El fiscal Diego Molina Pico ordena exhumar el cuerpo para practicarle una autopsia, que revela que la mujer había sido asesinada de seis balazos calibre 32 en su cabeza.

18/12/02: Horacio García Belsunce (h) dice que confundió un "pituto para sostener estantes" con la sexta bala disparada contra su hermana.

16/1/03: Molina Pico imputa del delito de "encubrimiento agravado" al hermano de María Marta, Carrascosa y a varios familiares y amigos de la víctima.

8/04/03: Molina Pico pide al juez de Garantías Diego Barroetaveña la detención de Carrascosa como supuesto asesino de su esposa. El viudo es detenido tres días después.

23/05/03: Carrascosa recupera su libertad y se instala en el country, tras recibir el beneficio de morigeración de la prisión preventiva y pagar 100 mil pesos de fianza.

04/09/03: En fallo dividido, la Cámara de Apelaciones y Garantías de San Isidro resuelve que Carrascosa siga libre.

16/10/03: Molina Pico denuncia que el sistema judicial bonaerense le impide avanzar en la causa. Responsabiliza a Barroetaveña.

16/02/04: El fiscal eleva la causa a juicio oral y considera que el crimen se produjo en medio de una discusión por cuestiones financieras vinculadas al lavado de dinero del Cartel de Juárez.

23/04/04: Barroetaveña cesa la prisión preventiva de Carrascosa, aparta a Molina Pico de la investigación y decreta la nulidad de la elevación a juicio.

6/09/05: La causa es elevada a juicio oral. Carrascosa, como único imputado por el homicidio, y miembros de la familia y amigos, como encubridores.

7/06/06: Se comprueba que la sangre hallada en la casa de El Carmel no se corresponde con el ADN de Carrascosa.

20/02/07: Se inicia el juicio contra el viudo por el homicidio calificado de su esposa o el encubrimiento agravado en el Tribunal Oral en lo Criminal 6 de San Isidro.

05/04/07: Los análisis de ADN realizados a Horacio García Belsunce (h), John Hurtig, Irene Hurtig y Bártoli también dan negativos.

12/06/07: El fiscal Molina Pico solicita que Carrascosa sea condenado a prisión perpetua por el homicidio de su esposa o, subsidiariamente, a seis años de prisión por el encubrimiento.

Además, pide que se investigue a la hermanastra Irene Hurtig y a su esposo Guillermo Bártoli como coautores del crimen.

13/06/07: Los abogados querellantes Zulema Rivera y Gustavo Hechem, que en el juicio actuaron como una suerte de "defensa paralela", solicitan la absolución de Carrascosa.

15/06/07: Los defensores del viudo, Alberto Cafetzoglus y Hernán Diego Ferrari, piden la nulidad del alegato del fiscal, que Carrascosa sea absuelto por ambos cargos y plantean el caso
como un homicidio en ocasión de robo cometido por vigiladores, ladrones externos o el vecino Pachelo.

11/07/07: El Tribunal número 6 de San Isidro condena a Carrascosa a 5 años y medio de prisión por el encubrimiento del crimen.

17/08/07: Luego de pagar una fianza de 100 mil pesos, Carrascosa recupera la libertad tras pasar 38 días en la cárcel de Campana.

18/06/09: La Cámara de Casación bonaerense modifica los cargos contra Carrascosa y lo condena a prisión perpetua por considerarlo "autor material" del crimen, en vez de "encubridor". 

Cuatro crímenes argentinos y violencia doméstica

Los periodistas Mauro Szeta, Liliana Caruso y Florencia Etchevés reconstruyen en el libro Mía o de la tumba fría -presentado en la Feria del Libro- cuatro crímenes emblemáticos que sobrevuelan el fantasma de la violencia doméstica.

Al respecto, en el prólogo los autores dan cifras de la violencia doméstica de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud: "La violencia es la décima causa de muerte en el mundo para las mujeres de 14 a 44 años. Una violencia que siempre vuelve y que, cuando regresa, en más grave todavía".

Los asesinatos aun no resueltos de María Marta García Belsunce, Nora Dalmasso, Rosana Galeano y Andrea Pajón son analizados por estos tres periodistas, quienes despliegan los fríos expedientes de las causas y cuentan en detalle cómo fue la vida de estas mujeres.

"Con
Mía -afirma Szeta- tratamos de responder lo que nos pregunta la gente en la calle puntualmente sobre estos casos, pero con la idea fija de quién ha sido el asesino. Tienen ya la sentencia en su cabeza".

"La gran inquietud de la gente común no pasa por los casos de corrupción, por el asalto o el tiroteo: es la noticia policial que, de alguna manera, se convierte en una novela, en un misterio. De esos casos van a hablar eternamente", asegura el periodista.

Un repaso sobre los hechos indica que en el imaginario social "Carlos Carrascosa es sospechoso de haber intervenido en la muerte de su mujer, María Marta García Belsunce; Marcelo Eduardo Macarrón aparece como el instigador de la muerte de su esposa Nora Dalmasso en Córdoba, al igual que José Arce por el crimen de Rosana Galliano y que Claudio Sartal estuvo involucrado en la muerte de Andrea Pajón, la madre de sus hijos en Castelar Sur", resume Szeta.

"Al leer el libro - continúa Etchevés- los lectores se van a encontrar en una montaña rusa emocional y van a pasar de decir que el culpable es el marido y en la página siguiente a pensar que, en realidad, quizás haya otra persona que la haya matado".

Szeta -quien se autoproclama "rosanense" y que vivió la detención de Arce y su madre, Elsa Aguilar, en vivo para el canal de noticias en el que trabaja-, afirma que "escribimos el expediente del caso Arce entero, en pleno desarrollo del caso".

"La detención se dio casi por casualidad. Al terminar la impresión del libro, sabíamos que iba a ir preso, pero eso no quiere decir que sea culpable", desliza. Etchevés recordó que "ninguno de los maridos se negó a ser investigado.  Todos estuvieron siempre ’a derecho’ cada vez que se les pidió que se presenten a declarar. No estuvieron prófugos, nunca se ocultaron".

¿Qué tiene en común estos casos? "Se podrían comparar de a pares: Galliano y Pajón tienen en común que no eran ricas. Dalmasso y Belsunce provenían de sectores acaudalados. Las dos primeras tenían denuncias de violencia doméstica contra sus maridos, cosa que las otras no".

"Pero lo que tienen en común los cuatro crímenes es que aún, pasado el tiempo, no se resolvieron. Hay dos hipótesis: o son caratulados como crímenes perfectos o la justicia perdió tiempo investigando a alguien que no estaba relacionado con la muerte investigada", aseguraron.

Editado por Longseller,
Mía o de la tumba fría cuenta historias de relaciones comunes y corrientes, en la que nada hacía suponer que el amor iba a terminar en un asesinato, al parecer, en manos de sus parejas. "Es la proyección de que cualquiera de nosotros puede estar del otro lado", puntualizan los autores




Es lo que proponen los periodistas Mauro Szeta, Liliana Caruso y Florencia Etchevés, en el libro "Mía o de la tumba fría". Allí, analizan los asesinatos todavía no resueltos de María Marta García Belsunce, Nora Dalmasso, Rosana Galeano y Andrea Pajón.